La luz, esa gran desconocida... Cuando el arquitecto proyecta un espacio debe considerar a la luz en él, de hecho, la luz es una de la principal causante en enriquecer una arquitectura.
La luz natural permite jugar con los espacios, creando una luz directa y direccionada, tamizada para un espacio diáfano, indirecta, austera... las posibilidades son infinitas. Precisamente investigando con la luz aparece su contrario, la sombra, para generar ese contraste y dar o quitar valor a un espacio. La sombras dependiendo del tipo que sean, propia, arrojada o autoarrojada, pueden dar profundidad, continuidad, perspectiva, ritmo...
Jugar con la luz, y sus diferentes posiciones al cabo del dia en un espacio determinado es jugar con la arquitectura, y en eso entra otro elemento en juego como es la orientación en el lugar del proyecto.
Existen muchas variables y dificiles de controlar, pero dependiendo del uso del proyecto y la luz que necesita el mismo, se descartan muchas opciones.
Os lanzo esta pregunta: ¿Necesita el mismo tipo de luz una biblioteca que un edificio de carácter religioso?
septiembre 04, 2009
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