Si para un músico lo primero de todo es saber plasmar su melodía en el pentagrama y hacerle ver al mundo su grandiosa sinfonía, analogamente, para el arquitecto su única forma de hacer ver su futura es obra no es otra que el papel.
Todo proyecto surge de un proceso, nada sale a la primera, y eso que sale a la primera es el primer paso del proceso. Los croquis son ese arma que te permite seguir adelante con el desarrollo, en la mayoria de ocasiones sirven para tu propia comprensión.
Cualquier proceso comienza con un primer trazo, una servilleta, una esquina de un cuaderno, bonitas historias pero, ¿y luego?, después uno debe hacer las preguntas adecuadas a su propio proyecto para que éste las responda y evolucione favorablemente, ahí es donde comienza el proceso. No importa que el croquis sea poco estético o que esté "sucio", lo importante es que uno mismo lo entienda y sepa qué le pide el siguiente croquis.
No es sencillo, nadie ha dicho que lo sea, pero esos son los cimientos para una buena arquitectura.
septiembre 02, 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Sin comentarios
Publicar un comentario